El fútbol, claro está, es un juego que mueve multitudes. No sólo por la simpatía hacia un club particular, sino también por la vorágine que genera. Grandes jugadores como Maradona, Pelé o Cruyff, entre otros, son considerados los mejores en su deporte. Sin embargo, hay otros que, a base de sacrificio y sin negar su posible talento, emiten similares sentimientos. Es por eso que hoy damos a conocer el For Export de esta semana. El elegido es Eric Cantoná.
El francés siempre fue distinto. Por su innegable talento. Por su brutal sinceridad. Por sus increíbles actitudes. No tuvo la clase de Zidane ni el toque de Platini, pero logró algo que lo enaltece: dejar el corazón en cada encuentro. Se hizo conocido por su desempeño en Manchester United. Pero más aún con aquella patada que le brindó, según él, a un hooligan que no paraba de insultarlo. La agresión no le salió barata: nueve meses de suspensión y dos semanas de prisión, que luego fueron reemplazadas por 120 horas de servicio comunitario.
En el United lo recuerdan como el mejor jugador del siglo XX. Discusiones con técnicos le impidieron disputar un Mundial. Su conducta, bastante conocida, fue la responsable. Ya retirado probó suerte como actor. Y no le fue mal. “Buscando a Eric” se llamó su último film. Allí se interpreta a sí mismo, cuando todavía era jugador del Manchester.
“En esta película yo soy el Eric Cantona que existe en la imaginación de Eric Bishop, así es como se me visualiza. Eso me lleva a tomar distancia en relación a mí mismo y verme con humor. Eso me gusta”, aclaró el francés. De hecho, también fue el productor de la película. Tanto él como Ken Loach (director), buscaban algo similar y terminaron aliándose en busca del mismo fin.
Fiel a su estilo, el ex Auxerre comentó que al comienzo de la obra su papel no lo convencía. Sin embargo, tras una gran ayuda de Loach, el galo entendió cual era su misión. “Fue una sensación rara. Había que tratar de ser espontáneo, ser uno mismo, pero en una ficción. Era un ejercicio extraño pero apasionante”.
Polémico por donde se lo mire, esta vez dejó su huella en el cine. Y seguro lo hará en otras profesiones. Ante esto y su relación con los hinchas del United y la posible crítica por el film, sintetizó: "Interpretar la relación entre un hincha y yo habría sido sin duda bastante pretencioso, arrogante y, por lógica, mucho menos interesante”
Acá, la famosa patada.
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