jueves, 24 de noviembre de 2011

El respeto ante todo


Encuentro de primer nivel. Clásico de la ciudad. Condimentos para que ambos ganen sobraban. Primero, por la importancia que implica ganar el derby. Luego por los matizes con los que contrastaban el momento de disputarse el encuentro en 2008: el United, engrosar su diferencia en la tabla con su inmediato perseguidor, mientras que el City buscar la chance de ingresar a las copas. Los Manchester se enfrentaban y, lo principal, fue momentos antes de comenzar el cotejo: la conmemoración del 50º aniversario de la tragedia de Munich en 1958.

Las notas indicarán que los celestes ganaron por 2-1. Otras dirán que los Red Devils, en ese momento, perdieron la chance de aumentar su diferencia. Lo cierto es que, dejando de lado el resultado, una ceremonia unió a toda la ciudad. Figuras de primer nivel, celebridades reconocidas en todo el mundo y ex jugadores profesionales dijeron presente. Sven Goran Eriksson, Sir Alex Ferguson, Bobby Charlton, entre otros, fueron los destacados. La hora pactada para que comience el encuentro era a las 15:10. Es que, claro está, coincidió con el tiempo previsto para la ceremonia.

El momento cumbre fue a las 15:04, horario en el que también cayó el avión. El árbitro, director de orquesta, dio el pitazo y, a partir de allí, no se escuchó nada más. El silencio se apoderó de la escena y la ciudad. Los simpatizantes de ambos clubes, al compás de las bufandas al cielo, ejercieron su reconocimiento. Seis fueron los tiros que lograron escucharse. Bobby Charlton, histórico goleador del United que sobrevivió a la tragedia, inmerso en el dolor, hizo lo imposible por no tener lágrimas en sus ojos. Cosa que no logró.

La rivalidad, la pica, la bronca, etc, son términos muy utilizados en la jerga del fútbol. Los apuntados, en este caso en Inglaterra, son los hinchas ingleses. Eric Cantoná corregiría este término al estilo de tildarlos como “hooligans”. Ellos, también mencionados como el “cáncer” de las canchas, tienen, a su vez, un lado oculto. Lo llamativo (o no) es que, debido a una causa extradeporiva, suelen haber momentos en los cuales ambas parcialidades se unen por una misma causa. Por supuesto buena. Eso fue lo que sucedió en Old Trafford. Un gesto para aplaudir.




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