“Me peleé con tanta gente que ya no se a quien darle la mano antes de que empiece un partido”. Esta frase podría describirlo a la perfección. Es que Roy Keane, de quien se hace mención, es una de las personas catalogadas de tener un fuerte temperamento y, por ende, sobrepasar los límites del reglamento. Más allá de su agresividad en el campo, el irlandés fue considerado como uno de los mejores centrocampistas que brindó las Islas Británicas en la década del 90.
Keano, como gusta que lo llamen, fue la mano derecha de Ferguson. A su vez, era su vínculo cercano dentro de la cancha. Capitán, referente y luchador son algunas de las características que lo englobarían. Procedente de Nottingham Forest, llegó a Manchester United en 1993. Y, de allí en adelante, ganó prácticamente todo. Siete Premiers, una Champions, una Intercontinental, cuatro FA y, también, Community Shields. De esa manera, se convirtió en ídolo de la parcialidad de los red devils.
Tal vez su pasado amateur como boxeador haya influido en su desempeño dentro de la cancha. Más aún si se tiene en cuenta de que también fuera del terreno de juego tenía una actitud problemática. Varias veces fue descubierto protagonizando distintas peleas en bares nocturnos. El alcohol, a su vez, fue uno de los principales obstáculos a los cuales tuvo que vencer.
Se consagró como uno de los “chicos malos” del fútbol inglés. La tenacidad y sacrificio fueron sus guías. Es por eso que acumula tantos logros como polémicas. Un hecho puntual, del cual siempre se lo va a recodar, es el protagonizado ante Alf-Inge Haaland. El antecedente data de 1997, donde se enfrentaban Leeds y Manchester. Es allí cuando el irlandés se lesionó los ligamentos de la rodilla en una entrada que le hizo al noruego. La venganza ocurrió en 2001. En un derby de la ciudad, Keane fue directo a golpearlo a con la clara intención de lesionarlo. Lo hizo y, a razón de esa falta, Haaland tuvo que ser intervenido cuatro veces. Tantas fueron las operaciones que terminó retirándose del fútbol con solo 29 años.
Se fue de Old Trafford en 1996, tras varios rumores sobre una supuesta pelea con jugadores del plantel. Esas versiones fueron desmentidas tanto por el jugador como por el técnico en curso. El siguiente paso fue Celtic de Escocia para luego retirarse como futbolista ese mismo año. Posteriormente dirigió Sunderland e Ipswich Town sin penas ni glorias. En definitiva, Roy Keane fue uno de los jugadores con los que uno quiere contar en el equipo, pero no tenerlo como rival.
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